Eres la casa a donde siempre vuelvo.
Tu corazón, mi casa.
Tu corajudo y suave amor, mi casa.
Has sido protección y palabra segura.
Espejo en el que verme.
E imagen de la cual distanciarme.
Te he sentido correr a la velocidad del viento.
O quedar detenida, colibrí en la tarde,
para verme pasar por donde fuera.
Han sido tuyos todos los tamaños
y todas las edades.
He sido tu hija desde todos los ángulos.
A veces se me ocurre
que tienes un pacto con el tiempo.
Mi historia circular pasa por ti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Qué lindo blog! ¡Y con imágenes! ¡Milagro Helen Keller de internet!
ResponderEliminar