
Ella ansiaba ser pájaro.
Por las noches él le aullaba a la media luna y al negro viento pampero.
En los atardeceres ella, desde la azotea, miraba melancólica pasar brisas y nubes.
La magia vino en su ayuda.
El día en que él se transformó en humano, ella voló.
Ay ay ay! Qué bien me hace leerte... un placer pasar por acá.
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