lunes, 5 de octubre de 2009

Clara

Esa tarde las campanitas cristalinas del espiral del crecimiento se hicieron escuchar.
La niña-adolescente, de pronto, se sintió muy bien.
Salió a pasear y tal vez a causa del aire tibio o de esa energía que la recorría, pudo decidirse.
Entró a la tienda y se la compró.
Sobre la camiseta, en caprichosas letras de colores se leía: "No insistas. Ya no beso sapos".

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